…PORQUE YO LO DIGO Y PUNTO!
Imaginaos que estamos viendo a nuestro hijo/a jugando un partido de futbol. De repente un rival le agrede intencionadamente. Nuestra reacción lógica sería recriminarle al árbitro que sancione la acción. ¡Una agresión no puede quedar sin consecuencia!. El árbitro, que ha observado lo acontecido, decide expulsar al infractor del partido (tarjeta roja directa) explicándole con coherencia que este tipo de actitud no se puede permitir en el deporte y que el reglamento las sanciona con una expulsión del partido. Con seguridad pensaríamos que ha actuado correctamente y además ha sido considerado con el menor ya que le ha explicado las consecuencias de sus actos. Hasta aquí todo lógico.