¿SOY RESPONSABLE DE SU COMPORTAMIENTO?
Socialmente está muy extendida la
opinión de que los padres/madres son los responsables del comportamiento de sus
hijos/as. De aquí, la famosa frase: “- La
culpa es de los padres que no educan…” que suele ir acompañando a cualquier
acción “maliciosa” que pueda realizar un menor. Si nos remontásemos al origen
de esta expresión, seguro que cuenta con más de una centena de años. De esta
manera, descubriremos que históricamente se le ha recriminado a los padres y madres que no
educan correctamente. Personalmente esta expresión no me gusta nada, pero
reconozco que no existen ni hijos/as ni
progenitores perfectos.
En algunas ocasiones me he
encontrado, con padres y madres que han llegado a sentirse liberados tras recibir el diagnostico de alguna patología
en su hijo/a. Aunque parezca una barbaridad tiene mucho sentido. Me explico:
Cuando un menor tiene comportamientos “diferentes” al resto de iguales, los
padres y madres tienden a autoevaluarse y culparse por ello, poniendo en duda si lo
“están haciendo bien”. Por otra parte, los profesionales (profesores, psicólogos,
educadores…) les orientan con estrategias para cambiar y mejorar, esto en ocasiones también puede generar presión. Y finalizamos
con abuelos/as y familiares en general culpabilizando a los progenitores de las
conductas de sus hijos/as: “- Esto sucede
porque le tienes muy mal criado/a”, “- le consentís todo…”, “- no le castigas
nunca…” etc. Así, cuando
el chico/a es diagnosticado/a los progenitores sienten cierto alivio, ya que,
de alguna manera, justifica que la conducta de su hijo/a no es su responsabilidad directa sino consecuencia de cierto
trastorno que padece el menor.
Durante mis años como profesional
he consultado infinidad de estudios científicos sobre la relación entre estilos
educativos y comportamientos sociales en los menores. Ninguno de ellos ha
conseguido demostrar que exista una correlación de causalidad entre el estilo
educativo y determinados patrones de comportamiento. Más bien factores de
riesgo o protección sobre consecuencias evolutivas.
Los comportamientos de los chicos/as están determinados básicamente por 3 variables: orgánicas, ambientales y educativas. Las orgánicas se engloban
principalmente dentro de lo que denominamos la personalidad, que se refleja a
través del temperamento. Esto sería el estilo peculiar del
funcionamiento conductual innato en el propio menor (genético). Las ambientales engloban los entornos
donde los chicos/as se desarrollan: el tipo de familia, la ocupación del tiempo,
los grupos sociales, el nivel socioeconómico, la funcionabilidad, etc. Y las educativas que tienen que ver con
los estilos y patrones que aplican los padres y madres para moldear y orientar
a sus hijos/as. Actualmente, los estilos
educativos se valoran en dos dimensiones: el nivel de afecto y el nivel de
control. Estos niveles han de adaptarse a las variables orgánicas y ambientales
de cada uno de los hijos/as. Así la frase: “-
los hemos educado de la misma forma”
reflejaría cierto error de planteamiento, ya que los temperamentos y los
ambientes no son los mismos en cada hermano/a, se necesitaría un modelo más individualizado. De aquí que
algunas normas genéricas puestas en casa sean más fáciles de cumplir por unos
que por otros.
Algunos autores establecen que la
conducta es en un 50% orgánica, en un 40% ambiental y en un 10% educativa. De
base parece que tenemos poco margen de acción, pero ese 10% puede ayudar a que
controlen y gestionen su temperamento (emoción) y también puede ayudar a que se
adapten y gestionen de forma positiva el entorno donde se desarrollan. Sin
olvidar que los padres y madres, de forma indirecta, podemos influir en ciertos
aspectos del ambiente.
Evidentemente, aplicar un estilo
educativo adecuado con nuestros hijos/as no nos garantiza al 100% un
comportamiento adecuado por parte de ellos/as, ya que hay variables que no están
en nuestra mano. Pero si posibilitará factores de protección y de reducción de
riesgos que ayudaran a desarrollarse de la manera más positiva posible.
Autor: Iván Castro Sánchez
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