SOMOS PADRES IGUALITARIOS
Quizás queremos ser Padres Igualitarios por obligación, quizás lo intentamos porque tenemos hijas y sin ellas no lo seriamos. Quizás
porque nuestras parejas son mujeres y sin ellas no lo seriamos. Quizás queremos
ser hombres igualitarios porque tenemos
hermanas y sin ellas no lo seriamos. Quizás porque tenemos compañeras de
trabajo y sin ellas no lo seriamos… Cualquier razón es buena.
Reconocemos que las mujeres nos
han influido de manera directa en nuestra forma de ser, nos han dado un cariz especial y enriquecedor a la vida. También se han generado en nosotros sentimientos y
emociones intrínsecas al observar que
ellas siempre tienen que “expresarse dos veces” para ser escuchadas.
Reconocemos que nos cuesta mucho
no ser machistas, todos los días luchamos por superar esta actitud. En algunas
ocasiones nos sentimos fracasados y buscamos escusas biológicas, culturales,
ambientales, etc. para justificar nuestro comportamiento. Pero cuando levantamos
la mirada y vemos a nuestras hijas, parejas, amigas, sobrinas… ninguna evasiva
machista tiene el más mínimo fundamento.
No queremos que la condición biológica
sea un impedimento en su desarrollo
personal, deseamos que nuestras hijas tengan las mismas oportunidades que sus
compañeros/hermanos. No queremos que carguen con obligaciones añadidas por ser mujeres,
deseamos que ellas tengan la capacidad de elegir lo que les corresponde. Queremos
que elijan a una pareja que les respete,
deseamos que compartan la responsabilidad, y en la convivencia encuentren su propia
autonomía. No queremos que se sientan más vulnerables por el mero hecho de ser
mujeres, deseamos que la sociedad les proteja de los acosadores y maltratadores. No queremos
que los patrones machistas determinen como se han de comportar, deseamos que tengan
pensamiento libre. No queremos que se crucen con una “manada”, deseamos que la
oscuridad no les condicione el camino.
Intentamos ser un Padres
Igualitarios porque hemos aprendido que muchos de estos deseos dependen de nosotros,
otros no tanto pero aportaremos nuestro granito de arena. Hemos decidido que en
la familia el condicionamiento de género no determina ninguna funcionabilidad, eliminando
de nuestra forma de comunicación cualquier expresión que diferencia en género,
de la misma forma no juzgamos los comportamientos en parámetros de condición. Compartimos
las obligaciones familiares de manera equitativa, creemos profundamente en los
beneficios de la coeducación en pareja. Pensamos que faltar al respeto a nuestra
pareja es también posicionar a nuestras hijas en un parámetro de vulnerabilidad. Expresamos públicamente que las bromas o
comentarios machistas no nos hacen gracia. Admiramos a las madres que transmiten,
a través del día a día, su capacidad, independencia y autonomía. Nos gusta
utilizar el lenguaje emocional como medio de comunicación... Los miedos a la oscuridad es algo que tendremos
que trabajar con más profundidad.
Los padres igualitarios nos
sentimos bendecidos por tener hijas, nos reconocemos en la lucha por una
sociedad justa que ofrezca las mismas oportunidades. Y no renunciamos a nuestra
responsabilidad en este proceso de cambio.
Autor: Iván Castro Sánchez – www.elvallefamiliar.blogspot.com.es
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