ENTORNOS INVALIDANTES
“De un funcionamiento con
superprotección y desvalorización emocional nacen los entornos invalidantes
familiares”
El concepto “invalidante” está
habitualmente asociado a trastornos de personalidad, muchos estudios e
investigaciones relacionan los malos funcionamientos familiares como una de las posibles causas de estos trastornos,
definiendo estas situaciones como “entornos invalidantes”.
Los entornos invalidantes familiares
se forman principalmente por dos funcionamientos disruptivos que obstaculizan
el desarrollo personal de los miembros, como son: la superprotección y la
gestión incorrecta de sentimientos por parte de los progenitores.
El primer factor, la superprotección
surge cuando se pretende apartar a los hijos de la infinidad de peligros
potenciales que pueden aparecer. La familia percibe que cualquier actividad que
realice el menor estará condicionada por una serie de riesgos, por lo cual se
ha de actuar desde la prevención y la contención. El objetivo principal es
evitar dolor, sufrimiento, frustración, etc. para ello, los tutores estarán
presentes intentando salvarles de todas las amenazas.
Actualmente, a los padres
superprotectores, se les denomina “padres helicópteros” (Libro Between
Parent & Teenager, Haim Ginnott 1969) asociando esta conducta de los progenitores
con problemas comportamentales de los niños. Un estudio publicado en la revista
especializada Developmental Psychology determinaba que observando como un progenitor
juega con su hijo de 2 años, se podían observar e identificar los
comportamientos sobreprotectores y verificar las consecuencias a medio
plazo. La escritora Eva Millet en uno de
sus escritos sobre hiperpaternidad narra como una estudiante universitaria se
quedó encerrada en un ascensor de la Universidad de Barcelona y llamó a su
madre que se encontraba en Chicago, la cual telefoneó a la central de
ascensores de Barcelona para solicitar el rescate de su hija. En ningún momento
fue pulsado el botón de socorro del propio ascensor. ¡Tengo una madre que me
resuelve los problemas!.
La superprotección fortalece los
entornos invalidantes condicionando a los menores a poder interactuar de manera
autónoma, resolutoria, negociadora, etc. Afectando directamente sobre la base del
aprendizaje empírico.
En muchas ocasiones, se utiliza la metáfora del árbol para explicar
que los progenitores deben generar ramas donde los pájaros (hijos/as) puedan
venir a posarse después de sus vuelos liberadores. Debido a la superprotección,
algunos van más allá y plantean que es necesario cortar las ramas del árbol para
que los pájaros puedan volar lejos e independientes.
El segundo factor, a nivel genérico
la gestión incorrecta de los sentimientos sería el resultado de no tratar con atención,
respeto y comprensión las emociones de los hijos/as. Los sentimientos se tratan
de manera desproporcionada, bien sean emociones positivas o negativas.
Pueden ser ignorados o tratados
de manera extrema. Ejemplo, cuando el niño/a llora se puede utilizar la opción
de ignorarle: “-deja que llore! Ya se le
pasará” , o la opción de reprimenda: “-
eres un bebé!, eres un llorón” . Las dos opciones invalidan el sentimiento,
el resultado a medio plazo de este funcionamiento familiar puede provocar que
el niño exprese sus emociones de manera extrema o que las inhiba por completo.
El control emocional está
relacionado con una vida satisfactoria y exitosa, el manejo de los sentimientos
nos ayuda a enfrentarnos y superar nuevos retos. Los funcionamientos familiares
que dificultan la expresión emocional en los menores, provocan entornos
invalidantes y en consecuencia una vulnerabilidad afectiva característica de
los trastornos límites de personalidad.
Autor: Iván Castro Sánchez
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