GESTIONANDO EMOCIONES

Durante la última década el concepto “emocional” se ha adjetivado a términos como inteligencia “emocional”, competencia “emocional”, comunicación “emocional”, etc. Añadiendo un valor diferente a estos conceptos y generando la cotidianidad del término emoción en el proceso de aprendizaje de las personas, especialmente en los niños/as. Hoy en día nadie duda que educar emocionalmente sea necesario para el desarrollo vital. La capacidad de identificar, gestionar, controlar y expresar emociones determinará en gran medida el éxito y el fracaso de una persona.

Abordar las emociones en un solo post es bastante complejo, así que éste será el primero de varios si los lectores/as del blog muestran interés por esta temática.  


Cuando vemos a nuestro hijo/a llorar es fácil que en él/ella identifiquemos la emoción básica de tristeza, pero lo que realmente estamos observando es un mecanismo de expresión. ¿Se puede llorar de alegría? Claro que si! Esto nos indica que las emociones son algo más que simples expresiones fisiológicas. Existe cierto acuerdo científico sobre los 4 componentes que forman las emociones. Conocerlos será la base para poder iniciar la gestión de las emociones.

  • El componente subjetivo:  ¿Todos los chicos/as se sienten igual cuando hacen una actividad? Digamos que la subjetividad es el primer elemento que compone a la emoción. Es el significado personal que nos genera una situación, hecho, actividad, etc. Esto provocará sentimientos de una forma diferente en cada uno de nosotros/as. Bien sea por experiencias previas, estímulos, recuerdos, vivencias…  ¿Ir al supermercado con nuestro hijo/a supondrá las mismas emociones en ellos que en nosotros/as?. Sería interesante que previendo la posibilidad de que en el supermercado puedan existir sobreestímulos para los más pequeños/as, gestionemos previamente en casa la realización de dicha actividad. Es complicado adelantarse a todos los acontecimientos pero los padres reconocemos muchos espacios que generan diversidad de emociones en nuestros hijos/as.


  • El componente fisiológico: El organismo se adapta biológicamente y hormonalmente para enfrentarse y/o regular la situación. El niño/a estará relajado compartiendo con un amigo/a  un juego de piezas de construcción. Cuando las piezas comiencen a escasear, empezará a ponerse nervioso/a, a activarse y tomará una postura protectora al quedarse sin piezas para su torre. Seguramente su ritmo cardiaco aumente preparándose para actuar.  Volviendo al ejemplo del supermercado, ¿qué estado físico generará en nuestro hijo/a descubrir toda una estantería llena de “chuches”? Con mucha probabilidad un estado de excitación y nerviosismo. Identificar las reacciones biológicas les ayudará a poder gestionarlas. Es bueno utilizar una comunicación emocional “- Se que estás nervioso/a pero primero…  - Entiendo que estás excitado/a pero hemos de…”  ya que les ayuda a identificar sus sensaciones como paso previo para controlarlas.    


  • El componente funcional: Una vez activos los componentes subjetivos y fisiológicos ya estamos preparados para alcanzar nuestro propósito o meta. Se genera la motivación para actuar.  Darwin ya argumentó que la emoción sirve para adoptar la conducta apropiada “miedo (emoción) – protección (conducta)”¿Qué pasará cuando nuestro hijo/a se dirija a la estantería de las golosinas y nosotros/as se lo impidamos?  Creo que todos/as conocemos la respuesta. Aparecerá otra emoción básica "la IRA" y el consiguiente aumento de descarga neuronal. Si no es capaz de controlarla probablemente tendrá una conducta destructora y agresiva. La ira, a nivel básico, aparece cuando encontramos obstáculos que nos impiden alcanzar nuestras metas. Una ira productiva nos generará capacidad de superación y negociación.  Coloquialmente se utiliza la expresión “amor propio” para definir determinados manejos de la ira.  


  • El componente social/expresivo: Es el aspecto comunicativo de la emoción, es decir la forma expresiva de nuestro sentimiento hacia los demás.  Nos ayudará a interactuar con el entorno social de manera más efectiva. El bebé escupe para expresar otra emoción básica como es el Asco. ¿Cómo se expresará nuestro hijo/a ante la imposibilidad de obtener las golosinas?   Probablemente con el llanto, de esta forma nos comunica que no está de acuerdo con nuestra actitud y a la vez sabe que los padres y las madres actuamos diferente cuando el o ella llora, ¿cabe la posibilidad que su llanto modifique nuestra decisión?  


Introducirse en el universo de las emociones es toda una experiencia que nos ayudará a mejorar como padres y madres. También será vital para potenciar la inteligencia y la competencia emocional en nuestros hijos/as. Además posibilitará la comunicación emocional, el desarrollo de aprendizajes emocionales y un gran etcétera de componentes que fortalecerán los lazos afectivos en  la familia.

Autor: Iván Castro Sánchez

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